Antes de ponerte a pensar qué tipo de aplicación quieres, desde un punto de vista tecnológico, tienes qué tener claro para qué necesitas una aplicación móvil. El servicio que quieras dar a tus clientes o a tus trabajadores va a definir si la mejor opción es una app nativa o una app híbrida. O si es suficiente con una aplicación web.
Vamos a dedicarle unas líneas a cada tipo de aplicación, teniendo en cuenta aspectos como el coste y el tiempo de desarrollo, las posibilidades de promoción, su calidad global y su rendimiento. Una vez sabes lo que quieres un profesional te puede ayudar a elegir qué tipo de app es mejor para tu proyecto.
¿Me vale con una aplicación web?
En realidad, podemos decir que una aplicación web o WebApp no es una aplicación. Al menos, no lo que coloquialmente se entiende como tal. Estamos hablando simplemente de una web responsive o adaptable. Es decir, de una web que se va a ver correctamente en cualquier tipo de dispositivo, desde un ordenador hasta un teléfono móvil. O si lo prefieres decir de otra forma: de una aplicación web a la que se accede desde cualquier navegador.
Están desarrolladas, como norma, en HTML, CSS y JavaScript. Hay quien establece diferencias entre una WebApp y una página web en función de si son interactivas o no. Es una forma de verlo, pero también hay profesionales que consideran que si se ve, y funciona correctamente, en un dispositivo móvil, es una aplicación web. Por muy estática que sea. Ejemplos hay miles: YouTube, cualquier red social, webs de diseño como Canva, el traductor de Google… en todos los casos hablamos de acceder desde el navegador.
Ventajas de una WebApp
El coste de desarrollo va a ser menor, ya que no necesitas una aplicación para cada sistema operativo. También se va a desarrollar en menos tiempo y su mantenimiento es menos complejo. La WebApp siempre es multiplataforma, puesto que funciona en todos los dispositivos, independientemente de su tamaño y del sistema operativo que usan.
Desventajas de una WebApp
Si bien es cierto que estamos hablando de una app accesible desde cualquier navegador, lo más probable es que la experiencia de uso en cada uno de ellos no sea igual, observándose pequeñas diferencias. No van a poder hacer uso de herramientas de tu smartphone, como la cámara, ni a poder aprovechar características del hardware, como la memoria. Y siempre va a ser imprescindible conexión a Internet para utilizarlas.
Hay otros aspectos que tienen su lado bueno y su lado malo. No vas a necesitar publicarlas en una tienda oficial de aplicaciones, una tarea menos que realizar, pero no vas a aprovechar el posicionamiento que esto supone. Tendrás que promocionar tu app por otras vías.
¿Qué es una aplicación nativa?
Una aplicación nativa es aquella que se desarrolla de forma específica para un sistema operativo concreto, generalmente Android o iOS. El lenguaje con el que se desarrollan será el propio del sistema operativo con el que van a funcionar. En el caso Android se desarrollan con Java y si su destino es un dispositivo con iOS se desarrollan con lenguaje Swift u Objective-C. Obviamente, habrá que desarrollar por separado las diferentes versiones de la aplicación. Ejemplos de aplicación nativa son WhatsApp y Spotify.
Ventajas de una app nativa
Casi todas las desventajas de las aplicaciones web, aquí se tornan ventajas. La principal es que hablamos de aplicaciones de mayor calidad y más versátiles. En parte, aunque no solo, por el hecho de poder utilizar funcionalidades del dispositivo móvil, como la cámara, el micrófono o el GPS; esto abre un gran abanico de opciones. El hecho de estar alojadas en un smartphone, o una tablet, hace que tengan un mejor rendimiento, aunque esto lógicamente dependerá también de las características del dispositivo.
Otra de las ventajas es que en algunos casos, dependiendo del servicio que den, van a poder funcionar offline, sin Internet. Cada versión de la aplicación estará disponible en la tienda oficial correspondiente, lo que puede ayudar a la promoción y difusión de la app.
Desventajas de una app nativa
En contraposición a lo dicho en las aplicaciones web, estamos hablando de un mayor coste y más tiempo de desarrollo. Estas apps no son multiplataforma, así que tendrás que recurrir a profesionales que dominen los diversos lenguajes de programación, para poder disponer de versiones para iOS y Android. Aunque si se hace la apuesta por ellas, como hemos visto, merece la pena en muchos sentidos.
¿Y una aplicación híbrida?
Como su propio nombre indica, una aplicación híbrida es un caso intermedio entre los dos anteriores. Así, por un lado, van a funcionar de forma muy similar a una aplicación web, pero el usuario tendrá que descargarla en su dispositivo. Funcionan en múltiples sistemas operativos y en cualquier tipo de dispositivo.
Desde el punto de vista del desarrollador, los lenguajes utilizados son HTML, CSS y JavaScript, exactamente igual que al hacer una página web. Las herramientas que permiten que ese desarrollo similar al de una web se vea como una app móvil se denomina framework. Algunos de los más conocidos son Flutter, React Native, Ionic o Angular.
Ventajas y desventajas de una app híbrida
De cara al usuario, la diferencia con las WebApp es que el navegador está integrado dentro de la aplicación. Comparte con las apps nativas que pueden ser usadas, dependiendo de su función, con conexión a Internet o sin ella. Ejemplos de aplicación híbrida son Instagram y Gmail.
Por su naturaleza híbrida, algunas de las ventajas que hemos citado tanto al hablar de WebApps como de apps nativas son aplicables aquí. Se adaptan a cualquier sistema operativo y a cualquier dispositivo como una aplicación web. Y pueden emplear las funcionalidades (cámara, GPS…) y los recursos del hardware del dispositivo, aunque en menor medida que una aplicación nativa. También podemos aprovechar las ventajas de promoción y posicionamiento que tiene estar en una tienda oficial de aplicaciones. Por contra, la experiencia de usuario no va a ser tan óptima como con una app nativa.
Es comprensible que, con toda esta información, la decisión de tener una aplicación nativa o una aplicación híbrida no parece sencilla. Por eso, la mejor opción es dejarse asesorar por profesionales que analicen el proyecto que tienes en mente.